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Pensaba en las dicotomías del mundo y vi que enseguida si uno quiere encontrar el opuesto a cualquiera sea la cosa que se le ocurra, no se tarda nada en encontrarlo. Siempre existe un antagónico, un adverso de casi todo lo imaginable. Es inevitable, siempre tendemos a contraponer todo, necesitamos compararlo para definirlo.
Entonces me imagine que si hay gente mierda en el mundo, por consecuente tiene existir un opuesto, el resto del recorrido de estas ocurrencias lo centre en en esa idea.
Hay delincuentes, malhechores, chorros, ladrones, embusteros, estafadores, garcas, mentirosos, hipócritas, traidores, falsos, desgraciados, malvivientes... en fin. Pero el universo siempre tiende a estar equilibrado, o por lo menos es lo que me consuela pensar.
La mayoría de las veces el equilibrio es alcanzado por vías naturales o espontáneas podríamos decir que se da por la suma de casualidades, otras veces juegan las intenciones, los deseos, las voluntades. La última me la imagino como un karma moldeable, karma porque tiene que ver directamente con nuestras acciones y moldeable justamente porque nos inclinamos a querer reparar lo que hicimos, por afecto al anterior estado de estabilidad o no necesariamente porque se sienta pena por la cosa que se ha desequilibrado o produzca angustia la inestabilidad sino por la incomodidad emocional que genera el propio autojuicio: el simple hecho de tener la conciencia tranquila. Con todas estas ideas claras, me puse a pensar los adversos de toda la gente mierda del mundo.
Entonces empecé a imaginarme que, como en todo ámbito, ineludiblemente hay diferentes estatus o niveles. De abajo para arriba, obvio..
Están los que llamé Culpables Hipócritas, que para establecer nuevamente la estabilidad (que tanto valoran) intentan limpiar sus pecados, exculparse, por que su conciencia les dice que sino al cielo no entran y como no les conviene acumular muchas de estas actitudes, frente a la primera oportunidad que se les presenta, intentan remediarla. El problema es que en el apuro de sacarse la suciedad de encima, la solución es nefasta, pero no se preocupe, se los distingue perfectamente. Porque se contentan con dejar una bolsita de Etiqueta Negra en la urna de Caritas ( el laverap de los pecados ) de la iglesia más cercana o remendando sus ausencias regalándole cosas a sus hijos. Y ya con eso, ellos duermen en paz; pagándole a Marta, Mirtha, Teresa, Rosa o la que sea que esté en ese momento, $7 la hora. Vaya metáfora! en ésta pirámide están en la base, pero por ser mayoría.
Un poquito mas arriba, nos encontramos con los Falsos Suplicantes Facilitadores que se diferencian de los anteriores, en algunos aspectos: Aunque la exculpación es igual de inservible utilizan un método más directo, piden perdón. Se dirigen directamente a la persona fuente del desequilibrio y mediante la palabra; utilizando variados recursos adicionales ( excusas, explicaciones, victimizaciones, llanto, papelones, etc.) intentan persuadir la voluntad de la verdadera víctima para que ceda ante sus plegarias, y los haga sentir mejor. Pero sólo a ellos los beneficia, por que el daño sigue aún latente, muchas veces el F.S.F. es consciente que con la palabra no basta para sanar, pero se autoconvence de que es suficiente. Son menos frecuentes que los anteriores por que requiere del contacto digamos directo con el sujeto, que puede no ser tan accesible a veces.
Despues tenemos a los Reparadores, que como su nombre lo dice se encargan de accionar para contrarrestar los daños ocasionados, visto así deberían estar en la cima de la pirámide. Pero tengamos en cuenta que tuvo que haber un hecho inicial , para que se necesite dicha reparación, en este caso lo tenemos en cuenta. Igualmente no podemos negar que son los más dignos de los exculpadores por que la acción generadora, es restaurada. Los Reparadores pueden ser F.S.F. arrepentidos, sin embargo, de igual manera son menos que ellos porque la víctima suele creer que perdona y entonces les alcanza con ser F.S.F.
Los siguientes en esta pirámide son los Buenhechores divergen bastante de los primeros tres porque su accionar no es impulsado por un sentimiento de culpa, sino más bien es una voluntad, un deseo de hacer bien desligado de cualquier sentimiento de interés propio, por supuesto se encuentran dentro de la cima, y entre ellos existen también diferentes niveles, podemos encontrar: los Buenhechores con recompensa, que son los que al final de la experiencia obtienen un rédito, que puede ser proveniente de la satisfacción que les produce el accionar o una recompensa valuable. Están los primeros por encima de los segundos en la pirámide.
Por encima de ellos y por último, en el último micromilímetro de la cima se encuentran los Verdaderos, escasos y extraordinarios Buenhechores o Buenhechores Máximos cuyos métodos de práctica son variados, dificilísimos de identificar ya que tienen una vida secreta ( porque si uno sabe que en un momento de su vida fue intervenido por un V.E.E.B. puede decirle " gracias " y condenarlo sin querer a la vida de un Buenhechor de menor rango, porque le estaría otorgando un rédito). Son personas que deambulan ejerciendo el bien, podemos momentaneamente creer que los conocemos, pero no. Los vemos, los escuchamos, los tocamos; pero no sabemos quiénes son. Puede ser el señor que te dio el asiento cuando te vio cara de cansado, el que te sonrío ese día de mierda, indudablemente uno de ellos te puede haber salvado la vida más de una vez, pero no sabés. Trabajan para la comunidad, invisiblemente están todo el día tratando de hacernos más felices, así de simple. Lamentablemte sabemos que cuando se ven buenas intenciones sin motivo aparente, sin nada a cambio, genera desconfianza por eso es de gran genialidad el hecho de que sean casi invisibles. Lo triste es que aunque no los podamos ver, sentimos que son muy pocos y que cada vez quedan menos.
Por eso cada vez, que creas ver uno, guiñale un ojo y sacále una foto.
Que existen, estoy segura.
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