Las mentes inertes en ese instante
los bronquios desbordados de furia
los ojos por allá, aferrados con las uñas estábamos
Nos amamos y por eso podemos odiarnos
me sostenías tan fuerte... (como ese día que llorabas
tanto que yo creía que me ibas a escupir los pulmones)
y si hubieses tenido un microfono lo hubieses acoplado
bien cerquita de mi tímpano con el mensaje:
¡¿Porque me haces esto?!
pero no me recriminabas nada, me insineras
sin saber que puedo apoyarme en tu amor y hacer que me detestes
me encuentro en los ojos que me miraron tanto tiempo
y ví, me exahalaban nocividad
(como si fuese algo tangible)
yo así entendía que todavía sentís, y encontraba la respuesta.
jueves, julio 1
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